domingo, 8 de julio de 2012

Un día como hoy de hace un año...

Hoy hace justo un año que a esta hora, mas o menos, cruzaba la meta del IRONMAN de Zurich, Suiza.  Atrás dejaba un día muuuuuuuuuuy largo, lleno de emociones y de sensaciones únicas que culminaban cruzando la meta y poniendo punto final a más de medio año largo de entrenos casi a diario en solitario y en los que aprendí que es el camino y no la meta lo que da sentido a los retos. 

Un triatlón de LD que me llevó algo más de 12 horas completar y en los que mi estado anímico no bajo del subidón permanente en ningún momento. Casi sin comer, sin parar más que en los avituallamientos finales y continuamente en movimiento durante más de doce horas, son toda una lección en práctica de las enormes aptitudes físicas que todos guardamos y  que casi nunca llevamos a la acción.

Hoy, un año después y visto desde la calma que aporta el sosiego, pues apenas he vuelto a entrenar o competir de forma disciplinada, puedo decir que fue una experiencia personal de enorme trascendencia, que me enseñó que la virtud de competir o de participar en una prueba de este tipo, más alla de un objetivo deportivo, se encuentra en la voluntad y el ánimo firme de llevar a cabo una tarea que nos haga desplegar toda nuestra fuerza interior al tiempo que, en justa reciprocidad, nos aporta valor y nos mejora como personas.

Todas estas emociones y sensaciones, son como una metáfora de una vida vivida. Correr un Marathon, o participar en un IM y cruzar al final la línea de llegada dónde te espera tu familia, son grandes hitos comparables a los que discurren paralelos en nuestras vidas más mundanas. Etapas felices que dejas atrás,  que no marcan una meta concreta sino que son solo el inicio del siguiente camino a recorrer y que jalonan con la suficiente fuerza para que sigas adelante en tu caminar. 

Es muy motivante comprobar como en el esfuerzo intenso se encuentra siempre oculta la semilla de la recompensa. Las grandes lecciones de la vida se presentan siempre con una dósis de sacrificio. Saber esto y comprenderlo en toda su dimensión me ayuda a ser mejor y me aporta la calma necesaria para vivir en armonia. 

Ahora, un año después de esta etapa, inicio otro objetivo, no menos importante, como es el de correr en el Marathon de Frankfurt a finales del mes de octubre.  

Allí estaremos de nuevo todos juntos. A por ello !!!






   

  

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