jueves, 29 de mayo de 2008

CORAZÓN DE MARATONIANO



Este es el nombre de mi blog. Y este el porque.

Como en el caso de otros órganos de nuestro cuerpo, nos encontramos ante uno muy especial que la evolución natural ha adaptado durante miles de años para realizar una enorme cantidad de trabajo. Por supuesto que hablo del corazón. Hasta no hace demasiado tiempo, nuestro pasado como especie de cazadores-recolectores nos obligaba a generar y consumir una gran cantidad de energía solo para sobrevivir. La lucha diaria en la búsqueda constante del sustento, evitando peligros y bajo un clima muy diferente al actual adaptó de manera perfecta nuestro músculo más incansable y lo preparó para un enorme nivel de trabajo. En la actualidad las cosas son muy diferentes, hemos pasado de especie cazadora a especie tecnológica y esa tecnología desarrollada en favor nuestro hace que cada vez necesitemos producir menos energía física para vivir.

Y es justo aquí donde surje la paradoja: Hoy en día definimos como un corazón normal el de una persona sedentaria y clasificamos como corazón anormal al correspondiente a la evolución natural de nuestra especie. Es decir,el Corazón de un Maratoniano.

Un corazón en condiciones normales late una media de 70 veces por minuto para bombear unos 5 litros de sangre, es decir unos 4.200 latidos por hora, o lo que es lo mismo unas 100.000 veces al cabo de un día. A este ritmo, en solo un año habrá efectuado más de 37 millones de latidos y al cabo de una vida lo habrá hecho unas 5.000 millones de veces ininterrumpidamente !!!!

El corazón de un corredor presenta algunas diferencias con respecto al de una persona no aficionada al deporte. Por ejemplo, cuando corremos, solemos entrenar los músculos de nuestras piernas al tiempo que hacemos nuestro corazón más eficiente: la frecuencia cardiaca aumenta, también aumenta la cantidad de sangre que el corazón lanza con cada latido y se vacía antes en cada contracción. Mediante estos dos sencillos mecanismos el corazón se hace más grande y más fuerte y esta cualidad se mantiene incluso en reposo, de ahí la bajada sintomática del pulso en un corredor que entrena regularmente ( bradicardia ). Una persona sedentaria y un corredor del mismo peso aproximadamente necesitan la misma energía en reposo, es decir su metabolismo necesita la misma cantidad de oxigeno y deben mover el mismo flujo de sangre. Si necesitan la misma sangre por minuto y el maratoniano lanza más en cada latido está claro que corazón es mas eficiente y trabaja mejor.

Es impresionante la perfección del músculo cardiaco, verdadero motor de nuestro organismo y emisor y receptor de nuestras emociones. Un corazón triste y apagado ( como acertadamente su nombre indica ) late despacio, con poco ritmo y casi sin fuerza, sus emociones son un reflejo en su funcionamiento. En cambio un corazón apasionado y vigoroso late fuerte y rápido.

Me resulta muy curioso comprobar como a lo largo de nuestra evolución hemos otorgado al corazón la facultad del amor. En él reside la capacidad de expresar este sentimiento y desde él emana toda su naturaleza. Decimos cuando nos enamoramos que Cupido nos ha acertado con su flecha en pleno corazón y también que tenemos el corazón partío cuando alguien nos deja. Hay buena gente, de buen corazón, y hay mala gente y egoísta que no tiene corazón. Algunos enfermos mueren de pena y tristeza y solemos decir que eran corazones solitarios.

¿ Hasta donde llega verdaderamente este vínculo entre un músculo que bombea sin parar sangre cargada de oxigeno hasta la última célula de nuestro organismo y su capacidad para somatizar nuestro estado emocional y reflejarlo en su funcionamiento ? ¿ O es al revés, y son nuestras emociones las que condicionan su actividad ? Una duda interesante y motivo de algún otro post en este blog.

Por lógica, debería ser nuestro cerebro el verdadero crisol de nuestros sentimientos, pero vemos que con frecuencia es el corazón el que rige nuestros destinos. Por algo será. Yo, mientras tanto, prefiero entrenarlo con frecuencia y tenerlo bien llenito como dice la canción de Juanes.

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